viernes, 22 de septiembre de 2017

La Culpa siempre es del otro?


Cotidianamente vivimos situaciones en las que nadie asume la responsabilidad que le cabe a su accionar.

Si hacemos señas en la parada de ómnibus, este nos para en la mitad de la calzada. Al hacer la observación de por qué lo hizo de esa manera y no arrimó al cordón, el chofer inicia esta serie de respuestas:
Chofer: “no puedo acercarme porque hay autos mal estacionados en la parada”
Automovilistas mal estacionados: “Yo tengo que estacionar. Culpa de la Municipalidad que restringe los lugares” – “Tanto lío por 5 minutos. Por qué no le hacés lío a aquel que dejó el auto en la vereda?”

A la charla se suman otros pasajeros de la misma parada. Unos increpan contra los taxis porque no respetan las normas, otros lo hacen contra la municipalidad porque cobra impuestos y la ciudad es un desastre, etc. Etc. Como si fuera un monólogo del recordado Tato Bores podríamos seguir.
La realidad nos indica que no hay un inspector que transite las calles y observen estas situaciones. Cuando lo encontramos nos responde “yo hago lo que puedo. Si le digo algo al infractor me agrede físicamente. La policía no nos acompaña y no hay plata para pagar los adicionales”

Podríamos aplicar esta cadena de “injustificaciones” con cualquier otra temática y terminar con la corrupción del Gobierno.
Pero lo cierto es que tal parece que en la sociedad solamente nos caben los “derechos” y ninguna “obligación”

En el citado ejemplo, era claro que si los automovilistas no estacionaban en la parada le podrían haber facilitado el ascenso a los pasajeros. Es tan solo cuestión de respetar las reglamentaciones.
Claro que con esto no tendremos seguirdad de que el chofer pare junto al cordón el ómnibus, lo hará solamente si asume la responsabilidad de su deber en lugar de justificarse con alguna culpa ajena.

En contrapartida tenemos el caso donde el automovilista que estacionó mal su vehículo ahora es peatón y sufre el mismo perjuicio que generó. Estas personas se transforman en los más reglamentaristas y justicieros extremistas. “la grúa debe llevarse de inmediato ese auto de ahí. El colectivo no me puede parar como corresponde y yo no voy a ir a la mitad de la calle a subir. Que le lleven el coche al corralón y le saquen el registro!!”

Y así nos vamos debatiendo en los diferentes roles, transgrediendo normas de un lado y pidiendo justicia del otro. Lo hacemos una y otra vez y en forma repetida, lo suficiente como para que se torne una situación normal.

Esta idiosincrasia es la que nos define socialmente y se refleja en el tránsito.
Tal vez por ello seamos tan atentos y respetuosos cuando transitamos en otros países y no lo hagamos en el nuestro. Será que allí no tenemos a quién echarle la culpa?

Hacer lo que debemos hacer en cada rol de la vida es la única solución. Si todos lo hacemos tendríamos una vida mucho más aliviada